La alegría de todo un vecindario latino se veía irradiar al son de la salsa en la fiesta de barrio en el pintoresco lote debajo de un puente. Solo interrumpida esporádicamente por el ruido del pasar del tren, 'La Marqueta' (como se le conoce al área por su mercado aledaño) era escenario del sabor tropical que a más de 1,300 millas del Caribe se dejaba sentir.
Siendo mi primera vez en el 'East Harlem' no sabía que esperar y la verdad es que la caminata del tren hasta el 'El Barrio' (como le conocen los locales) me dejó dudando sobre la seguridad de sacar la cámara ya que no me encontraba en el típico Manhattan turístico. Por un minuto me debatí la prudencia de retratar, mas no me tomo decir en la primera conversación que era de Puerto Rico cuando alrededor veo que se corre la voz mientras gente se allegaba para saludar con abrazos. Fue muy gratificante la experiencia y aunque no bailo bien, quedará en mi memoria la apasionada salsa "de la calle" que me unió con esta gente desconocida.
