Hace casi 20 años cuando tuve la oportunidad de usar la cámara de mi padre por primera vez descubrí por accidente lo que conllevaba no enrollar el negativo en cada foto y mezclar así varias imágenes. Los resultados fueron inesperados y desde entonces entendí que hay una realidad ajena a nuestros ojos que siempre queda a merced de nuestro emprendimiento a través del lente.
Décadas después puedo atestiguar que las capacidades de doble exposición integrada en la nueva cámara GH4 son asombrosas ya que asimilan el estilo fílmico de mezclar varias composiciones en el instante que se toman las fotos con la conveniencia añadida de monitoreo en vivo de las varias composiciones. A continuación unas pruebas realizadas en la playa el pasado domingo 22 de febrero.
